Mentes Activas

24 ene 2011

Amistades

Las relaciones entre las personas cambian a la velocidad de la luz. Al primer día dos personas pueden ser completos desconocidas la una para la otra, al segundo día empiezan a conocerse, para que, al quinto día sean como hermanos y al décimo todo desaparezca, todo se derrumbe como unas ruinas antiquísimas.

La amistad es ciertamente extraña, en eso me considero un privilegiado y un maldito. Privilegiado por el simple echo de que tengo la rara habilidad de que las personas confíen en mi de forma natural, de forma casi instantánea, ya tengo mucha experiencia en esto de vivir, aunque simplemente tenga diecisiete años y sé que aun me queda muchísimo mas por vivir, pero me considero un avanzado en eso de entender a la gente, en eso de amistarme con ellas, en eso de cuidarlas; la maldición es esa, esa dichosa habilidad y sus dos caras, la cara buena y la mala, la mala ya que conocer tanto a la gente, te trae quebraderos de cabeza si empiezas a conocer demasiado a esa persona, a quererla como una amistad superior a las demás.

Toda la gente que conozco la tengo como un tesoro, cual pirata tiene en su isla secreta el botín de su vida basado en botellas de ron y galeones de oro, yo lo tengo por las sonrisas, los gestos cariñosos, las alegrías y las penas de de mis amigos y amigas.

La gente que perdí a lo largo, no lo considero un fallo ni mucho menos, lo considero algo bueno, algo que me enseña lecciones, pero también es algo malo, ya que yo no perdono, sea cual sea la situación, una amistad perdida no va volver a ser lo mismo en mi vida, no si alguna vez fue demasiado importante para mi.

La gente que me queda por conocer, nadie puede saber cuanta gente le queda aun por conocer, diría que con la gente que conozco me es suficiente y así es, pero siempre me ha gustado conocer a nuevas personas, ver nuevos rostros en mi vida, expandir mis sentimientos por lugares mas recónditos, enamorarme de alguien en algún lugar nunca va estar apartado de mis planes de vida o quedarme a vivir en una isla perdida del pacifico.

Por que la vida son dos minutos, por que uno nos lo pasamos durmiendo y el otro lo debemos de repartir bien, en mi caso, mis amigos tendrán el derecho a casi todo ese tiempo, por que ellos son las pilas que me hacen moverme día tras día.

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